Conoce los beneficios de este caldo para tu intestino
Todos sabemos que existen alimentos que nos hacen más bien que otros. Y no estoy hablando de qué alimentos engordan, cuáles nos pueden ayudar a adelgazar o cuáles son los que tienen más azúcar. Hablo de que existen platos que realmente son salud. Sí, has leído bien. En cualquier supermercado, puedes encontrar alimentos poco salubres junto a alimentos que pondrán tus defensas en pie. Y, como seguro ya sabrás, depende de cada uno de nosotros aprender a diferenciarlos.
Precisamente, con el objetivo de intentar ilustrarte a ti en tu camino por aprender a diferenciar lo que sí de lo que no, te invito a que me leas en este post. Hoy quiero hablarte del caldo de huesos, un superalimento que, como he dicho antes, es salud. Tu barrera intestinal será quien más se beneficie de él; pero, créeme, tú entero te beneficiarás de él.
¿Por qué debo tomar caldo de huesos?
Los distintos alimentos que empleamos para elaborar caldo de huesos casero contienen múltiples beneficios para la salud. De hecho, muchas veces solemos utilizar huesos, tendones y ligamentos, partes de los animales que no acostumbramos a ingerir. Por lo tanto, elaborar caldo con ellos es la mejor manera de apropiarnos de todo lo bueno que guardan.
Esos huesos, tendones y ligamentos, al cocerse, liberan nutrientes como colágeno, glicina, glutamina y otros minerales. A continuación, de te dejo algunos de los beneficios de tomar caldo de huesos:
- Se considera como un plato multivitamínico. No hace falta explicarlo, ¿no? ¡Es maravilloso!
- Es una fuente ideal de proteína, lo que ayudará a reconstruir tejidos.
- Contiene glutamina, lo cual puede ayudarte a reparar tu barrera intestinal.
- La vitamina E, que se encuentra en la médula espinal de los huesos, es muy necesaria en nuestro cuerpo. Es un antioxidante que protege a nuestras células.
- Es rico en colágeno, lo que te ayudará con el buen estado de uñas y pelo.
- Tus huesos y articulaciones también se beneficiarán de él.
- Ayuda a curar gripes, resfriados y derivados. ¡Tan necesario este año!
- Puede ayudar a aliviar inflamación articular gracias a sulfatos de condroitina.
- Tus huesos también se fortalecerán gracias a la gran cantidad de calcio que contiene.
Suficientes motivos para consumir caldo de huesos, ¿verdad? Pues aún me falta contarte un detalle. Aunque no es algo que esté comprobado científicamente, suele decirse que, si le añades un chorrito de un medio ácido (vinagre, por ejemplo), todos estos beneficios serán mejor aceptados por nuestro cuerpo. La razón es que el ácido ayuda a los huesos a desmineralizarse.
Receta del caldo de huesos
Los mejores huesos para realizar caldo siempre son los huesos de los animales de pasto. Estos han sido alimentados con su propia dieta al cien por cien, por lo que sus huesos serán de la mejor calidad posible. Los huesos de estos animales son todavía más ricos en grasas monoinsaturadas, omega 3 y vitaminas. Después, puedes añadir patas de pollo, que contiene mucho colágeno. Por último, añade un poco de jamón o, en su defecto, el hueso del jamón. Siempre un trozo pequeño, de lo contario dará demasiado sabor.
La clave del caldo de huesos es que debe cocinarse de manera muy muy lenta. De lo contrario, dispondríamos de sopa y no de caldo. La diferencia principal es que los huesos no liberan tantas vitaminas. Por eso, la mejor opción siempre es utilizar una olla de cocción lenta. Si no, deberías cocinarlo durante casi 48 horas para un resultado óptimo.
Lo que vas a necesitar:
- Un kilo aproximadamente de huesos: ternera, pollo…
- Agua
- 2 cucharadas de vinagre
- 5 dientes de ajo
- Puedes añadir todas las verduras que desees: cebolla, puerro, apio, perejil… Todo dependerá de los sabores que más te gusten.
En primer lugar, se suele aconsejar asar todos los huesos durante unos 45 minutos. No obstante, este es un paso voluntario. Después, debes poner todos los ingredientes en la olla de cocción lenta a temperatura baja. Cocina unas 24 horas aproximadamente. Déjalo enfriar, cuélalo, retira los huesos y las verduras e introduce el caldo en tarros de cristal. ¡Listos para meterse en la nevera!
Después de unas 4 o 5 horas, el caldo se habrá gelatinizado y la grasa habrá salido a la superficie. Lo mejor es que la retires.
¿Qué te ha parecido esta receta de caldo de huesos? De corazón, espero que te haya ayudado y que te animes a hacerla. Cuéntame cómo te ha ido y si has notado alguno de sus beneficios. ¡Puedes estar seguro de que tu cuerpo sí los notará! Hasta la próxima.