¿Existe relación entre mis emociones y mi peso?
Muchos ven clara la relación entre el exceso de peso y la ingesta de comida basura. También con la ausencia de ejercicio físico. Sin embargo, no todos son capaces de atender al estrechísimo vínculo que existe entre las emociones y el peso. ¿Tú eres consciente de ello? ¡Hoy quiero hablarte en este post sobre este tema!
Se podría decir que nuestra salud emocional es equivalente a nuestro bienestar psicológico; es decir, nuestra salud emocional se traduce en cómo nos sentimos con nosotros mismos, en la calidad de nuestras relaciones con los demás y en la capacidad que tenemos de gestionar lo que sentimos y pensamos en cada momento. Por lo tanto, nuestra salud emocional es nuestro interior. No estar a gusto con nuestro interior es no estar a gusto con nosotros mismos.
Por lo tanto, en muchas ocasiones, una salud emocional descuidada o insuficiente nos lleva a situaciones donde tendemos a ocultarla con la comida. Seguro que, en más de una ocasión, has escuchado a alguien decir que, cuando está nervioso o estrado, come, ¿verdad? Pero… ¿Qué come? Está demostrado que, en momentos de inestabilidad emocional, donde no nos encontramos bien con nosotros mismos o donde estamos estresados, tendemos a consumir alimentos grasos. No obstante, nuestras emociones no solo nos afectan de esta forma. La relación entre la salud mental y el sobrepeso va mucho más allá.
Emociones negativas: una de las causas del sobrepeso
En línea con lo anterior, las emociones negativas, como el estrés o la ansiedad, no sólo se traducen en una querencia por la comida alta en grasas. Para entender la relación más profunda entre las emociones y el peso, debemos escuchar al doctor argentino Luis Chiozza. Este asegura que el sobrepeso puede ser “una forma de respuesta” de nuestro cuerpo, de defenderse, cuando existe “un conflicto inconsciente relacionado con una sensación de incapacidad”.
¿En qué se traduce esto? El sobrepeso puede entenderse como una respuesta de nuestro cuerpo ante las emociones negativas. Es decir, no solo las emociones negativas provocan sobrepeso debido a la ansiedad por comer alimentos altos en grasas. De hecho, lo que este doctor asegura es que también se produce el efecto contrario: el propio sobrepeso es la respuesta directa a esas emociones negativas, se produzca esa ingesta de alimentos grasos o no.
En definitiva, la relación más palpable y común entre nuestras emociones negativas y el sobrepeso es la provocada por la ansiedad. Cuando una persona sufre ansiedad, su cuerpo se prepara para responder y reaccionar ante cualquier amenaza. En muchas personas, esa preparación se lleva a cabo comiendo.
No obstante, como os cuento, existe una relación más oculta o menos común entre las emociones negativas y el peso. Sea como sea, una mente sana es un cuerpo sano.