¿Qué son los ritmos circadianos?
¿Nunca te has planteado por qué dormimos de noche y por qué nos despertamos cuando se hace de día? ¿Nunca has pensado por qué la somnolencia comienza cuando oscurece? De todo ello, se ocupa el reloj de nuestros sueños. ¡Y, por supuesto, nuestras hormonas, que siempre están presentes! Esta es una de las cientos de denominaciones que reciben los ritmos circadianos. ¿Sabes de qué se trata? ¿Quieres conocer más sobre este elemento que rige nuestras horas de sueño, entre otros muchos elementos clave de nuestra vida?
¡Empezamos!
Definición de ritmos circadianos
Los ritmos circadianos son el conjunto de cambios y modificaciones físicos, mentales y conductuales que siguen ciclos de 24 horas. La luz y la oscuridad son dos de los elementos que más afectan sobre los ritmos circadianos, que son controlados por una pequeña zona de nuestro cerebro ubicada en el encéfalo. El sueño, el hambre o las hormonas son algunos otros elementos de nuestro organismo que pueden relacionarse.
Sin duda, podríamos decir que los ritmos circadianos son relojes biológicos de nuestro organismo o nuestro cuerpo. De hecho, cualquier tejido de nuestro cuerpo cuenta con sus propios relojes biológicos, los cuales siempre siguen un ciclo de funcionamiento. Estos ciclos afectan, entre otras cosas, a la temperatura de nuestro cuerpo o a la tasa metabólica.
¿Cómo funcionan los ritmos circadianos?
Los ritmos circadianos y las hormonas están más que relacionados. En concreto, la melatonina es una de las grandes protagonistas. ¡Te contamos por qué!
Podríamos decir que todo cuerpo humano posee un reloj central que marca los ritmos del resto de relojes biológicos del cuerpo. Este reloj central se encuentra en el hipotálamo del cerebro. Desde allí, las señales viajan hasta distintas zonas del cerebro, respondiendo a estímulos como la luz. ¿Cuál es la respuesta? ¡La Melatonina!
Si nuestro cerebro percibe luz, se producirán menores niveles de melatonina, que es la hormona que causa la sensación de somnolencia. Cuando oscurece, nuestro cuerpo aumentará los niveles de melatonina.
Con esto, podemos percibir que, por ejemplo, las personas que sufren de ceguera, normalmente, tendrán problemas para dormir.
Lo mismo ocurre con otras hormonas, como el cortisol. Tanto es así que la melanina y el cortisol siempre caminan de la mano. ¡Según disminuye una aumenta la otra! Al comienzo del día, cuando percibimos luz, nuestro cuerpo genera cortisol. Conforme va llegando la oscuridad, hace lo propio con la melanina.